Os vamos a presentar un juego que es conocido con muchos nombres como el juego del molino, el duplum molendinum, los nueve hombres de Morris, el Morris, etc., y es, probablemente uno de los más antiguos conocidos. Pero lo que le hace realmente especial es que hoy en día se sigue jugando en muchas partes del mundo. Su origen es bastante incierto, aunque se sabe que los egipcios practicaban juegos similares en el siglo XIV a.C., y más tarde, también lo hicieron griegos y fenicios.
La variante que os presentamos, con 9 fichas por jugador, seguramente os dará para muchas entretenidas, ya que es muy interesante desde el punto de vista estratégico.
Os resumimos las reglas, para que podáis poneros a jugar en cuanto se seque vuestro tablero de juego. El propósito básico del juego es hacer “molinos”, es decir: líneas verticales u horizontales de tres fichas. Cada vez que se logra uno, se elimina una pieza del rival. Gana quien consigue reducir a dos el número de fichas de su oponente, o bloquear el movimiento de las que tiene sobre el tablero.
En la primera fase, los jugadores van colocando, de forma alternativa sobre el tablero vacío, cada una de sus nueve piezas sobre cualquiera de los puntos del tablero que aún estén libres, y sin mover las que están sobre el tablero.
Una vez colocadas las nueve fichas, comienza la segunda fase. Siguiendo las líneas del tablero, cada jugador intenta formar molinos o tres en línea, moviendo una pieza por turno, solo a los puestos adyacentes libres. Cuando se completa un molino se elige una ficha adversaria que es sacada del tablero y no puede volver a entrar en él. La pieza elegida no puede formar parte de un molino. En el caso de que todas lo formen, puede elegir la que le parezca.
Siempre que se completa un molino se realiza captura, incluso cuando el molino es una repetición de uno anterior como consecuencia de la vuelta de la misma ficha al lugar que ocupaba antes.
Cuando a un jugador sólo le quedan tres fichas disponibles, puede desplazarse libremente a cualquier punto vacío, sin la limitación de hacerlo a lugares adyacentes.
¿Os apuntáis? Echadle un ojo al Hazlo tú mismo de hoy, y ¡a divertirse!